domingo, 25 de enero de 2009

TIPOS DE PASO


Debemos distinguir entre el Paso para la Virgen o Paso de Palio y el Paso para Cristo o Paso de Misterio.

Los pasos de Misterio portan imágenes de Jesús. En los pasos de Cristo puede verse al Crucificado. A los pasos en los que Jesús aparece con la Cruz al Hombro sólo o acompañado del Cirineo suelen ser llamados pasos de Nazareno. Y aquellos pasos en los que Jesús aparece rodeado de sus discípulos, sayones, esclavos, romanos, la Virgen, las Santas Mujeres o los Santos Varones, son llamados, más propiamente, pasos de misterio en los que se representan escenas pasionistas; es el caso de las Hermandades del Desprecio de Herodes, Flagelación, Prendimiento, y muchas otras.
Tanto los pasos de Cristo como los de misterio poseen casi siempre la misma estructura aunque muy distintas proporciones. Todos sin distinción tienen su parihuela, que es la estructura, generalmente de madera, que soporta todo lo que es el paso. Su forma es rectangular. A los lados cortos se les llama delantera y trasera de la parihuela o del paso y a los lados largos costeros. A la parte superior de la parihuela, sobre la que descansa la canastilla, se llama mesa. A lo largo del paso se distribuyen las trabajaderas que en número de entre seis a diez van paralelas al frontal del paso desde el costero ( o lado) izquierdo hasta el costero derecho. Las trabajaderas son listones gruesos de madera gracias a los cuales los costaleros pueden cargar con los pasos sobre sus cuellos. Para ello usan la molía o morcilla y el costal, que les ayudan en esta labor. Todo ello queda en pie, por las patas, que en el paso de misterio son seis. En muchos casos, las patas del paso tienen en el extremo inferior una parte que se abate, para rebajar la altura del paso en ocasiones, esta parte plegable toma el nombre de zanco. La zambrana se le llama al palo que arriostra las patas de los pasos.
La parihuela va cubierta en su frontal, trasera y costeros por respiraderos y faldones aunque en algún caso sólo existen faldones que incorporan mallas o calados a modo de respiraderos. Los respiraderos pueden ser de maderas nobles talladas, de maderas talladas y doradas o de metales nobles. En el frontal y en la trasera pueden existir unos listones cortos del mismo o parecido estilo al de los respiraderos llamados maniguetas, que son rastro de las primitivas andas. Son cuatro en total, una en cada esquina. Cuando en el XVII los pasos empiezan a cargarlos los mercenarios aparecen los faldones y desaparecen las varas. Para que el recuerdo sea más completo, al lado de cada manigueta va un penitente con el antifaz sin capirote, sin cartón, y es el maniguetero. Al patero, costalero que va junto a la pata del paso, la manigueta le resta mucha visibilidad.
Sobre la parihuela está el canasto o canastilla, que puede ser casi de las mismas dimensiones que la parihuela o ser algo más reducida dejando una pequeña zona lisa y es del mismo estilo que los respiraderos. En esta zona lisa, que existe siempre aunque sea muy reducida, en concreto en la parte frontal del paso va el llamador o martillo con el que el capataz da las ordenes de "levantá" y “arriá” de los pasos.
La canastilla suele ir adornada por cartelas, angelitos, capillas,... Las cartelas son unos bajorelieves, pinturas, terracotas o esculturas en madera que representan escenas de la Pasión y que suelen estar distribuidas por los costeros, frontal y trasera de la canastilla. Suelen ser de forma ovalada.
Los primeros pasos fueron unas andas donde sólo cabía la imagen, y ésta quedaba iluminada por los hachones y, desde el siglo XVII, por los faroles que los acólitos portaban alrededor del paso; reminiscencia de todo esto, los cuatro ciriales que, ahora, van delante del paso. Por ello las imágenes de los pasos de misterio se iluminan con candelabros, faroles o hachones, que se sitúan sobre la canastilla. El candelabro es un candelero con varios brazos; lo forman unos elementos de madera que montados sobre un esqueleto metálico de formas redondeadas y retorcidas y en cierto modo arborescentes, soportan una serie de guardabrisas o tulipas de cristal que suelen estar distribuidos en distintos niveles y que llevan un pequeño cirio en su interior llamado codal. En los pasos de misterio son de madera tallada y dorada, y los brazos lo rematan unos pequeños fanales de vidrio, abiertos por arriba, y en su interior está la cera. Este fanal se llama aquí tulipa o guardabrisa y no sólo impide que la vela se apague sino que también evita que se manchen de cera los objetos que hay alrededor del candelabro. Los faroles suelen ser metálicos y de cristal. Llevan en su interior varios cirios. El hachón es un cirio muy grueso que tiene varias mechas o pabilos. Suelen portarlos algunos pasos de crucificados como el de la Buena Muerte, Cristo de Burgos. En términos generales, a la iluminación del paso de misterio se le denomina "la cera".
Por último podemos encontrarnos con un monte de claveles o de lirios bajo las imágenes o frisos en los bordes superiores o crestería e inferiores de la canastilla.
Los pasos de palio también tienen su parihuela con seis o siete trabajaderas y ésta va rodeada de respiraderos en plata, plata sobredorada o alpaca y faldones, algunos de los cuales también llevan bordados medallones con algunas escenas representativas. Los faldones suelen ir unidos por broches, bien sean de orfebrería o bordados. Pueden llevar o no maniguetas. A la parte superior de la parihuela se le llama tablero. Sobre el tablero se colocan la candelería, la peana, las jarras. El elemento más destacado y que más lo diferencia de los pasos de Cristo es el palio. El palio es una estructura que cubre el paso y que está compuesto por un techo, bambalinas frontales y laterales y en algunas ocasiones frisos o cresterías.


EI palio, en su origen, se utilizaba para proteger de la lluvia y el sol, no sólo a las imágenes religiosas, sino también a las personas representantes del poder eclesiástico. Actualmente se utiliza en las procesiones eucarísticas y va colocado tras el paso de la Eucaristía. Este palio compuesto por una tela flexible y sujeta a unos varales de madera o metálicos, parece ser el origen del paso de palio de las Vírgenes dolorosas, característico de las cofradías penitenciales
El palio está sostenido por seis pares de varales que se distribuyen a lo largo de los costeros y que suelen ser de los mismos metales que los respiraderos. Pueden ir adornados con apliques de marfil o de madera.
En el frontal del paso va el llamador y puede haber una fila de pequeñas jarritas de plata llamadas violeteros para llevar flores. Frecuentemente suelen ser ocho, aunque a veces son diez, o serán seis si se combinan con la vela rizada. Detrás de estas jarritas se extiende la candelería, que es como se suele denominar en términos generales a la iluminación del paso de palio, y que son filas sucesivas de palmatorias de plata que ganan en altura cuanto más hacia atrás están y que portan cirios (suelen llevar impresos el escudo de la Hermandad). La candelería está compuesta por un mínimo de ochenta piezas y un máximo de unas ciento veinte. El cirio que va junto a la Dolorosa es la vela guía, pues sirve de referencia para que las demás vayan completamente verticales. Cuando la cofradía no es de rigurosa penitencia, es costumbre que la vela guía se adorne con flores, sobre todo rosas, y hojas de distintos tamaños y formas. Todos estos adornos están hechos de cera. Y este cirio con adornos es la «vela rizá» o “planta de cera”.
Suele estar la candelería dividida en dos bloques, uno a la derecha y otro a la izquierda para que quede en medio un espacio por el que se pueda apreciar por completo a la Virgen. En este espacio en la delantera del paso, llamado calle, suelen ir miniaturas de otras Vírgenes o relicarios, que se denominan imagen venera. La Virgen va sobre la peana, que es una estructura de plata que alza a la imagen varias decenas de centímetros sobre la base de todo el paso. En la peana puede ir, acompañando a la Virgen, una imagen de San Juan.
En los costeros del paso y situados entre los varales encontraremos jarras de plata para piñas o melones de flores. Suelen ser tres grandes y una mediana en cada lado. Cada jarra grande suele llevar unas catorce docenas de claveles (ésta la flor habitualmente elegida) y cada jarra mediana, unas doce docenas. Al final de los dos costeros encontramos los candelabros de cola, que suelen estar realizados en los mismos metales que el resto del paso de palio. Su función es iluminar el manto de la Virgen y la trasera del paso y cada uno lleva de ocho a catorce puntos de luz. Estos candelabros son de estilos muy variados. Aparecieron en las últimas décadas del siglo XIX. Las tulipas del candelabro de cola suelen terminar con unos adornos metálicos llamados "coronillas". Algunas hermandad lleva en vez de tulipas pequeños faroles en estos candelabros. Sin embargo, algunas hermandades de rigurosa penitencia siguen con los faroles de entrevarales.
El palio, en un principio, iba portado por hermanos o clérigos, y detrás del paso de misterio. El primer palio sobre un paso es el de la Soledad de San Lorenzo de Sevilla, de finales del XVI, y tenía cuatro varales. Años después, aparecen los palios de seis varales, de ocho... y a mediados del XIX en casi todos los pasos hay doce varales.
Varales metálicos, de plata de ley o de alpaca, siempre han existido. Pero hasta bien entrado el siglo XIX hubo varales de madera; la madera torneada o tallada después era dorada, e incluso hubo varales que iban simplemente pintados con los colores litúrgicos o penitenciales. Todos los varales terminaban en esparraguillos e iban atornillados al tablero. Desde hace algunos años sólo terminan en esparraguillos los cuatro varales de las esquinas, los demás llevan pernos, así quedan casi sueltos y el palio sigue mejor el ritmo de los costaleros. Sobre el perno se sitúa, el basamento, que es la parte visible inferior del varal, que suele llevar imágenes de los Apóstoles u otros Santos o advocaciones de la Virgen. Al cuerpo estructural del varal se le llama tubo y está dividido en secciones separadas por macollas o nudos. Finalmente, el extremo superior del varal, que sobresale al palio, se denomina perilla.
El palio tiene su origen en el dosel y tenía las caídas rectas, palio de cajón; eran unas franjas de terciopelo terminadas con flecos o caireles. En los últimos años del siglo XIX las hermanas Antúnez comienzan por quebrar y ondular el borde inferior de las caídas o bambalinas. Juan Manuel Rodríguez Ojeda impone esta moda. Años después, también diseña con curvas y contracurvas la parte superior de las caídas, y crea el palio de formas o de figura, o el palio sevillano. Hay otro tipo de caídas, toda de orfebrería, y dan origen al llamado palio rígido; este tipo de caídas no tienen su origen en el dosel, sino en el baldaquino.
El techo de palio por su cara inferior es casi siempre de terciopelo, y profusamente bordado. En el centro, y como eje de toda la composición, hay un medallón o cartela. En el medallón, y de bulto redondo, se suele representar al Espíritu Santo o, en alto relieve, una imagen de la Inmaculada, de la Virgen de los Reyes ( patrona de la Archidiócesis de Sevilla) u otra iconografía; a este medallón se le conoce por la gloria. La composición y el dibujo del resto del techo del palio quedan supeditados al contorno del medallón y el conjunto nos puede recordar un riquísimo tapiz o una lujosísima encuadernación. En los palios de cajón y en los sevillanos, el techo y las caídas son del mismo material, dibujo y estilo. En los palios rígidos las caídas las hace el orfebre, y el techo, el bordador. En Sevilla el paso de la Virgen del Valle es un magnífico y más antiguo ejemplo de palio de cajón, y el antiguo de la Virgen de la Cabeza de la Hermandad de las Siete Palabras, de palio rígido.
La palabra maría servía para designar a los cordones que simulan sujetar el palio a los varales. y el remate de las marías suele denominarse bellota. En la actualidad se da más este nombre a las velas de la primera tanda de la candelería que se sitúan más próximas a la Imagen de la Virgen
En el paso de palio y formando parte del esqueleto está el ahuecador o poyero -armazón de hierro que hace posible que los adornos y bordados del manto se puedan contemplar de manera perfecta-; soporta todo el peso de éste, evitando que la imagen sufra ningún tipo de presión o deterioro.
Las imágenes de la Dolorosa se designan de talla, de vestir o de candelero. En cuanto a las prendas con que se viste la imagen lleva unas enaguas y unos manguitos; y sobre esto la saya, compuesta por corpiño, mangas, fajín o cíngulo, y la saya o falda. Todo queda arropado por el manto, y sobre éste va la toquilla o toca de sobre manto; en algunos mantos los bordados de la parte superior simulan una toquilla. El rostro de la Dolorosa queda enmarcado por un trozo de tela finísima o encajes muy antiguos. Su colocación no es nada fácil y además resulta la piedra de toque para que una imagen esté muy bien o muy mal vestida. A esta prenda se le denomina tocado o rostrillo.
De cualquier forma, esta descripción está llena de generalidades, siendo cada paso de misterio y cada paso de palio totalmente diferente a los demás. Cada uno tiene detalles que los hace ser únicos.
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sábado, 24 de enero de 2009

César Martínez, un cofrade entregado a la música. O viceversa.

El cofrade y músico almendralejense César Martínez ha editado un blog sobre música cofrade que es digno de resaltar por su buen hacer y sentimiento. Además de la corrección en el tratamiento de los temas, se nota su profunda devoción hacia el Gran Poder de Almendralejo. Nosotros ya la hemos añadido a nuestros favoritos. Merece la pena visitarlo:
http://musicocofrade.blogspot.com/

jueves, 8 de enero de 2009

Llega la Pre-Cuaresma

Cuando, a fecha de hoy, faltan 87 días para el Domingo de Ramos, las hermandades comienzan a ocupar sus "cuarteles de invierno" para, con un paso lento, pero firme,ultimar los preparativos de su estación de penitencia.
Con tiempo apenas para recoger los belenes y desmontar las carrozas, las casas de hermandad se verán cada vez más pobladas de hermanos que comienzan a trabajar de cara a la seman santa, quedan tres meses escasos para tener todo a punto y, lo que hoy se ve en la lejanía,mañana se verá con agobios: la cera que no llega, las flores qjue escasean, los ensayos de los costaleros que se agolpan.
La maquinaria indefectible de las cofradias echa a rodar. Tras el fugaz paso del carnaval, entraremos en barrena en la Cuaresma. Ya llega lo bueno; pero queda lo mejor.